07 julio 2010

Pedals del Foc 2010 (las crónicas dede dentro)

Hola compañeros, esta vez le toca a Jose Carlos (Cacaito) el contaros su experiencia en esta prueba.
Han pasado los dias y está mas reposado todo, los recuerdos afloran como hilos de manantial y la conversación se ameniza evocando las vivencias de esa semana.

Os trascribo literal su experiencia:

CRÓNICA DE PEDALS 2010.

PREVIO.-

¡¡¡Ya está!!!!. Ha pasado la Pedals del Foc 2010. ¿Ha sido para tanto?. La mejor respuesta que puedo dar es plagiar un slogan publicitario y decir eso de “¡¡¡Pedals del Foc ven y vívelo!!!” Sí compañeros, es imposible relatar una aventura de diecinueve horas con su dia y su noche que realmente empieza para todos con muchos días de antelación, tras salidas y salidas en bicicleta para coger “tono” de cara al día “D”. Es constancia, durantes esos meses previos, y paciencia, mucha paciencia y comprensión de nuestras familias que a su manera también padecen nuestros esfuerzos. Todo ello, no para competir, sino para acabar sin demasiado sufrimiento, porque nos gusta este deporte, porque nos “pone” la satisfacción de alcanzar nuestros retos por distintos que estos sean. Porque en el deporte, en las dos ruedas para entenderlo hay que vivirlo, y sentir la adrenalina y la satisfacción en forma de liberación de todo lo del mundanal ruido y unirte en uno con tu máquina a la que si te entregas ella responde….

No voy a relatar lo que para mi es una rutina que me encanta, como es salir con la bicicleta y para lo que no necesito ningún reto personal ya que simplemente me gusta, y por ello para mi el año empieza haciendo deporte, por lo que a estas alturas llevo unos cuantos kilómetros en la espalda, mejor dicho en el traseros (bueno, no se si se puede decir, en el culo).y tras los dos soplaos, montaña y carretera.

Todo comienza cuando los compañeros del club con el presidente a la cabeza, empiezan a picarme diciendo que el Soplao no vale para nada, que la Pedals es sólo para hombres, etc. Ya no hizo falta más, tras tener fumata blanca en casa me inscribo, “alea iacta est”(para los de idiomas como Sindi “la suerte esta echada”, vamos como lo de AC/DC).

EL DIA “D”.

El día anterior partimos en feliz armonía menos para los que van de “paquetes” en el coche,(Sindi y Enrique) que como los mejores contorsionistas se mimetizan con los asientos y se quedan arrugaditos en la parte trasera. Un matiz para los que piensen mal, (y en el club tenemos para dar y repartir), paquetes= bultos, nada que ver de cómo se defienden en las dos ruedas.

Tras unas cuantas horas llegamos a Vielha en un entorno privilegiado, y tras dar cuenta de unas viandas recogemos dorsales y vamos al briefing( la charla presentación, en argot “tojos” el “sus vais a cagar”). Allí se encuentra presente un finísimo Roberto Heras que no necesita coger notas de las indicaciones de la organización, pero los atentos compañeros le dicen que si tiene problemas puede ir a rueda. Posteriormente nos vamos a ver el partido de España, y tras el Cola Cao (no se si se pede hacer publicidad) a la cama con nuestras respectivas (en este caso parejas de habitación) para intentar dormir que antes de las cuatro tocan diana. Parece que acabo de cerrar los ojos pero toca levantarse, no he dormido mucho entre los nervios y algún que otro resoplido del “jefe” al que tengo como compañero de cama, eso si cada uno en la suya y como si de Enrique se tratara en una esquinita por si acaso.

¡Vaya ambiente se respira en el hotel!; está tomado por los bikers ya disfrazados para la ocasión, repaso del material y al garaje a por la burras para ir hacia la salida. Es noche en Vielha pero hay una luz especial, la de los focos y la más resplandeciente, la ilusión de la aventura que comienza.

EN MARCHA.-

Es como he dicho, imposible relatar una aventura al detalle por la dimensión de su contenido, por las horas que pasas en la bicicleta, por los detalles que percibes claros para unos, y desapercibidos para otros, por lo que únicamente hablaré de sensaciones, ya que no se puede describir lo que tienes que vivir.

La aventura con todas las palabras(libro de orientación y ruta sin marcar) comienza como no puede ser de otra manera, subiendo por una pista primero asfaltada y luego convertida en camino en el que ya empiezas a sudar por lo “pindia” de la subida, aunque no exigente en exceso, y por los nervios de no saber por donde ruedas considerando que es de noche y que vas con gente a tu alrededor que hacen movimientos extraños y en donde debes cuidarte de que no te tiren, ni tu tirar a nadie. Tras la subida multicolor por las luces de los focos, entramos en el túnel de Vielha, “laaarrrgooo”, y comienza nuestra primera avería, uno de los nuestros pierde aire en su rueda, debemos parar. Tras solucionar el percance y tras superarnos todo el pelotón, incluido Sindi que va en buena compañía y que va a realizar la marcha en su versión “plata”, reiniciamos la marcha. Tras superar el túnel y la rápida bajada con susto incluido de Toledo(¡como no!) a Roberto, giramos a la izquierda y nos adentramos en lo desconocido.

El recorrido es un “todo incluido” subidas cortas y largas, bajadas rápidas, senderos, trialeras de subida y bajada, terreno inciclable con bici al hombro (y no precisamente unos metros), paso de rios, escaleras…y todo aderezado de estar pendiente de las indicaciones del libro de ruta, ya que no hay nada marcado y en la práctica totalidad del recorrido no ves un alma, vamos de esos parajes que le gustan al compañero Hilario. Vamos devorando los kilómetros al ritmo, no que quieres sino que te deja el terreno, sobre todo al principio más complicado en su primeros 70 km. Luego enlazas subidas y zonas rompe-piernas, en la que el calor no da tregua; pero todo cambiará, y de que manera….

Las pocas muestras de civilización que te encuentras están en los avituallamientos, cada 30 km aproximadamente, en los que vamos parando, donde coincides con otros “ruteros” que normalmente se buscan para no quedarse solos en unos parajes maravillosos, pero perdidos en medio de las montañas. Considero que es una ruta para compartir y hacer amigos, y no quedarte solo por todo lo que pueda venir, por lo que son muchos los que vamos en pequeñas manadas e incluso otros se van agregando poco a poco. Como anécdota general hemos de poner de manifiesto que Roberto Heras supongo que por ir demasiado metido en carrera, se perdió y tras múltiples periplos decidió abandonar.

En las zonas donde se comienza a subir de forma cosntante y con los kilómetros y el calor, Enrique comienza a “regular” e ir a su ritmo, pero somos un “todo en uno” y debemos ir juntos. El resto vamos bien, incluso en una de las subidas que ralmente se hace dura el Col de Oli, que se afronta con mucho calor y terreno exigente. Pasan los kilómetros, y las horas caen, hasta perder la noción del tiempo(no hay desayuno , ni comida, son todo barritas y plátanos, ¿habrá cena?). Llegamos a pie de la temida subida del Triador, y allí paramos a comer algo de pasta, mientras el cielo cambia y la oscuridad se cierne sobre nosotros. Esto realmente se pone feo, y más cuando Toledo tiene problemas serios con el trasero de su bici, que lleva tocado unos kilómetros tras un golpe y se sale la cadena. Pero no va ser una avería mecánica la que nos deje tirados, ya se ha solucionado también una rotura de cadena de Changel, y unas bridas hacen el apaño, “chapeau”. Empezamos a subir por una pista, en este caso de mejor superficie, pero lo que no nos esperamos es lo que nos viene encima. Se desata una tormenta y comienza a caer granizo con gran intensidad y fuerza, los elementos de la naturaleza se quieren aliar contra nosotros, pero debemos continuar estamos en medio de la nada. El granizo da paso a una intensísima lluvia, y a ello se une los problemas con mi rueda trasera que pierde aire. Voy dando acelerones, me despego del grupo para ir dando aire a la rueda pero tras varios intentos paramos y metemos cámara. Continuamos, y la subida se hace larga, Enrique sigue a su ritmo con mucho tesón, ¡ánimo compañero!.

Llegamos arriba con toda el agua del mundo en nuestra ropa, y el que os relata esta crónica, sin chubasquero y con un único cortavientos sin mangas para mayor gloria de los aventureros. Aquí se vivió una de las muchas anécdotas en las que no puedo contener la risa en estos momentos, pero que en vivo nos dejó helados, bueno a Roberto más que a nadie. El de Bilbao que no tenía agua suficiente encima, del toldo del avituallamiento y tras una ráfaga de aire le cayó uno o más cubos de agua fría encima que estaba acumulada en la carpa. La cara un poema, y el “no tiene ni puta gracia” de Roberto, toda una declaración de intenciones.

En fin, tras la parada y con mucho frío vamos cresteando hasta llegar a una zona de subida en la que finalmente sí que llegamos al techo de la marcha a unos 2.400 metros . Antes de la bajada pequeño momento de tensión, la hora de cierre en Espot nos aprieta. Luego larga bajada por una pista hasta llegar a Espot en el que estaba situado el corte y la parada para los “platas”. No pensamos demasiado aunque nos dicen que las previsiones son malas, y seguimos hacia delante. Lo “peor” esta superado pero quedan casi 80 km. En Espot nos juntamos con un “grupete” muy majo y en buena sintonía continuamos juntos, la carretera esta mojadísima y llueve pero poco a poco va mejorando. Vamos todos juntos a ritmo continuo para que nadie se quede, a algunos les quedan pocas fuerzas pero seguimos haciendo piña. Mención especial para Clara, una de las componentes de este grupo, un apláuso para ella. Son ya muchas las horas, pero cada vez queda menos y ahora el ánimo se ha recobrado, pese a la enésima avería, otra vez para mi montura y en la rueda delantera. La noche poco a poco nos “confunde” y vamos por uns caminos que se van perdiendo en la oscuridad y que dan paso a los focos hasta llegar al último de los avituallamientos, entre ánimos de familiares de los que allí llegábamos. Ellos son también un ejemplo de fidelidad, han recorrido los distintos avituallamientos para reconfortar a los suyos. Ya queda muy poco, y tras el reagrupamiento seguimos con “cuidadin”, por no se donde ya que no se ve nada hasta el aparcamiento de Pla de Beret. Decir que para mi la ruta se endureció por una circunstancia y es que iba ”tuerto” ya que el día anterior el ojo derecho se me irritó muchísimo y tuve que salir con una sola lentilla así que en determinadas zonas y con la oscuridad iba apurado ya que no distinguía bien el terreno, no iban a ser todo facilidades. Ya es todo bajada por carretera, larga y fría, pero ya da igual, llegamos a Vielha, es noche cerrada, igual que cuando comenzamos, pero algo ha cambiado, han pasado 19 horas y además contamos con una nueva “muesca” en nuestras piernas y retinas de lo vivido.

Abrazos, fotos, alegría, ¡¡¡¡conseguido!!!!.

EPÍLOGO.-

Ya está, ya hemos acabado, toca ducha cena y mucho que contar entre nosotros, cansados pero con las retinas aun dilatadas por las sensaciones vividas. Cuando nos vamos a dormir, ya no hay nervios, hay satisfacción y Morfeo nos envuelve con su manto calido tras el frío pasado, y a algunos como el jefe, lo acogió nada más tumbarse.

La experiencia ha sido mágica, para mi muy diferente no sólo por todo la narrado sino porque en otras ocasiones salgo, “a fuego” en las marchas y en esta ocasión éramos la manada de los Tojos en toda su dimensión. Es cierto que mis piernas daban para mucho más, pero el tiempo final era lo de menos, acabarla juntos era el reto.

Quiero dar mi mas sincera felicitación a todos, especialmente por su afán de superación a Sindi (como dice con orgullo el mismo, superando cualquier prejuicio personal, sin dientes) apodo made in Tojos, que terminó su reto personal en su edición plata.

Cuando salimos de Vielha para ir hacia la tierra cantabra, el Pirineo nos quiso hacer un guiño especial y nos despidió otra vez con lluvia tras una mañana soleada, para que no olvidáramos lo que habíamos vivido 24 horas antes. Atrás dejamos esfuerzo, tesón, ilusión, paisajes increíbles, compañerismo que espero que no nos abandone nunca.

El regreso hacia casa fue cansado, y si se me permite para dejar una última sonrisa, llena también de sensaciones y olores diferentes, esta vez por la ropa sucia de la batalla y por los mensajes subliminales de alguno de los aventureros que había comido garbanzos.

Saludos a todos y perdón por esta historia casi interminable, en especial para Jose “Presidente-Sensei”; Toledo “el calambres”; Changel “el de los ojos negros”; Sito “Sindi”; Enrique “el soldado Regular”; Roberto “el Seguros”

José Carlos “Cacaito” .



Un abrazo a todos.