Aquella noche, efectivamente, no durmió ni Dios ....
Entre viajes al WC de Luis, que el pobre casi pierde el pelo por el trasero y el no saber si estábamos de obra en casa o eran los ronquidos de Sito los que movían la mampostería de la casa que nos alojaba, el caso es que, otra noche en blanco.
Se hizo sorteo de habitaciones y nos volvió a tocar a Fonso y a mi de compañeros como la noche anterior, hasta ahí perfecto, pero al pobre Sito no le emparejaban con nadie y nuestra habitación era la única que disponía de una tercera cama, eso combinado con que los dos, tanto Fonso como yo, somos unos blandos y nos dió pena del susodicho fué nuestra perdición.
A las 12 de la noche aquello era una pura verbena y andábamos con los ojos como platos, a las 4 la cosa pintaba parecido, y en las habitaciones colindantes la situación no era mucho mejor, total , una "noche toledana" en toda regla.
A la mañana siguiente, con los consabidos caretos de no haber pegado ojo, desayunando toda una suerte de repostería no alcanzábamos a emitir, mas que algún que otro gruñido inconexo y a mirarnos de reojo entre nosotros con ganas de asesinar a alguno, al pobre Luis no, la verdad, bastante había tenido ,el solito, durante toda la noche con el "compañero Roca" y alguno otro también había cogido el mal dem la ruta , porque a la mañana siguiente, andaba mas gente con el vientre suelto, no fué mi caso.
Desayunamos , preparamos las bicis, y en otra soleada y preciosa mañana , abandonamos el pueblo de Saja dirección "al Jilguero", en un ascenso por unos de los bosques de hayas mas preciosos y con mas encanto de todo Cantabria.
Comienza la marcha dirección a Palombera, obviando las primeras entradas a la derecha, tras pasar mas o menos un kilometro, quezas km y medio desde el pueblo hay una entrada a la derecha , que tras bastantes kilometros de deliciosa pista te va subiendo entre hayas y acebos, entre curvas y recurvas dirección a las altas brañas y a los altos puertos, vecinos de Sejos.
La subida la fuimos haciendo en triste procesión, no llevábamos un ambiente festivo precisamente, todo lo contrario, sabíamos y percibíamos que Luis andaba bastante tocado , iba francamente mal, y todos íbamos por detrás , mirándonos de reojo y pasándonos unos a otros la maldita pala con la que enterrarle.
Estaba cantado, en las primeras rampas duras sucedió, sin más , sin mediar palabra, simplemente se paró , posó un pie, se lo pensó y tras unos eternos segundos en los que se paró todo, como una escena congelada en el tiempo, masculló que no seguía mas, que se encontraba mal.
A mi , personalmente, me acudieron imágenes como cuando el irrepetible "Indu" hizo su retirada del mundo del ciclismo, os acordáis?, simplemente también se paró y se bajó de su bici, sin más, no hubo más gesto ni mas espectáculo, un poco como si estuviese hasta los mismísimos de dar pedales , no hubo más, fué un gesto muy simple y muy parecido, salvando las distancias, claro está ....
Fue un mazazo y también un marrón, el último día de etapa, con la mas bonita por llegar y se te acaba el fuelle, además, es un marrón porque tienes que llamar a alguien (en este caso a su hija) para que te venga a buscar desde la otra punta de la región y que , debido a su estado, alguien tenia que bajar con el otra vez hasta Saja porque lo mismo se mareaba y se caía de la bici.
Tras varios minutos decidiendo y pensando que hacer, es Jose Jiménez, compañero y buen amigo, quien decide acompañarle, se retira el también, todos nos miramos con tristeza y nos despedimos emocionados y con preocupación por la situación que se ha creado, que se le va a hacer, la ruta es así ....
Miramos como se van y nos decimos como para dentro venga que la ruta continúa .... intentamos animarnos, pero ya no es lo mismo ....
Íbamos subiendo, poco habladores, cuando me asalta la idea, le digo a Changel que era el único que llevaba cobertura en aquella zona que les llame y les diga que vayan dirección a Tudanca, allí podríamos conectar otra vez con ellos y que Jose siguiera con nosotros a partir de ese punto. Así lo hicimos, también lo andaban rumiando ellos , se iban a acercar a Tudanca, esperarnos allí y Jose proseguir con nosotros y Luis irse para casa, empezamos a animarnos un poco, por lo menos solo uno iba a tener que abandonar, empezaba a pintar mejor .....
La subida al Jilguero ya os he dicho que es preciosa, serpentea la pista entre acebos y hayas, la luz de la mañana se tamiza entre las frondas verdes dándole una presencia y una magia como en pocos sitios, multitud de escarabajos metálicos comparten la pista con nosotros y una especie de babosa pardo-dorada también, es la cosa de no ir sobrado, vas mirando para el suelo muchas veces y te percatas de cosas que los de delante ni ven.
Un venado se asusta entre la fronda y desaparece .....
Arribamos en una parada a echar unas fotos y a esperar a Fonso que andaba apuradillo de vientre, mientras tanto Sitio se nos queja de sus partes nobles y trasero, a estas alturas de la ruta, es una pura llaga ....
En aquel sitio picamos la primera barrita y echamos nuestros más que merecidos tragos, la pista pica para arriba que da gusto, el sitio es precioso, todo Saja se muestra esplendorosamente, el cielo tiene un azul perfecto .... dan ganas de quedarse .... pero la ruta tiene que continuar, ya vamos mal de tiempo, los anteriores sucesos nos han descolocado completamente el crono y no podemos entretenernos mas ... vamos subiendo, poco a poco la vegetación se va haciendo mas rala, lo que antes eran frondosos bosques de hayas van dando paso a escobares y tojeras, vamos dominando los altos pastos.
Llegamos arriba, es sin duda, mayor festival de cabezas de ganado que el día anterior en el Moral, cientos de vacas pastan plácidamente arriba, la pista te mete en mitad de la braña, continua de subida y va cresteando los puertos en una suerte de toboganes repletos de cabezas de ganado.
Han nacido los jatos, uno , que estaba recién parido intenta levantarse a nuestro paso, el espectáculo es precioso, nos maravillamos con ello, que levante la mano quien no sea capaz de enternecerse con un ser así....
Tras la pequeña parada y las fotos de rigor que aprovecho a tirar mientras cargamos agua continuamos con la subida, serán más de las 12 y hemos andado relativamente poco, otra vez nos va a tocar bregar con los temibles rampones de la Cohilla o Peña Sagra en las horas de más calor, todavía no hemos llegado a Tudanca, el terreno ha cambiado completamente, lo que antes era una pista bastante cómoda se convierte en toda una suerte de obstáculos, losetas y cantos conforman lo que nos queda de la pista de subida que hacen que la marcha sea dificultosa en extremo, algunos intentamos subir por fuera, casi imposible, otros , los mas fuertes tiran por mitad, apretando el culo, se oye un crak, y un mecagoenla.... Toledo se para, algo ha roto .......
Efectivamente algo se había roto, el cuadro por dos sitios, la cara que se le/nos queda no se puede describir, nos quedamos desolados, el maldito cuadro se había roto por dos sitios, casi por el cordón de soldadura, como con bisturí, una avería para la cual ni llevábamos repuesto ni por supuesto estábamos preparados.
Allí estábamos intentando solucionar lo insolucionable, perdidos en mitad de un monte, apenas sin cobertura, el ultimo día de una ruta que se empeñaba en apartarnos casi tozudamente de ella.
Agarramos los bártulos como pudimos , la alforja se maneja muy mal fuera de la bici, además, para más colmo, ninguno se ha traído la cinta que viene con ella para poder llevarla al hombro.
Patearse lo que queda hasta Tudanca en ese plan es tarea muy difícil, de momento intentamos salir de aquella zona de sombra en lo que a cobertura se refiere para intentar llamar a Jose y Luis y decirles que esperen en Tudanca ahora sí ó sí y contarles lo sucedido.
A veces o le entras a la suerte con decisión o esta te lleva a tablas, así que agarramos el cuadro le hicimos un entablillado a base de cinta aislante , bajamos la tija todo lo que pudimos para que hiciese mas cuerpo la cinta, y con un pulpo para agarrar la alforja imitamos una incomoda mochila, por lo menos podría bajar con cuidado montado los tramos sencillos y no a pata todo el camino.
Tras unas lomas mas de cumbreo por la zona, el paisaje que se abría ante nuestros ojos fue espectacular .....
Por fin divisamos los Picos, al fondo toda su grandeza ... a la derecha , imponente Peña Sagra y su cuernón, inmensas brañas y pastos nos rodeaban, a lo lejos casi pintados, insignificantes en la lejanía, unos todoterreno con sus ocupantes vigilando el ganado.
Hacia ellos íbamos, ya os comenté que dias atrás se había hecho "la pasá" y que se calculaban unas 7 u 8000 cabezas de ganado las que se habían subido a los puertos.
Bajamos y conversamos con ellos, se asombraron un poco de donde veníamos y hacia donde íbamos y nos miraban con cara de mirar a gentes extrañas ( pero que harán estos panolis por aquí, mas de uno pensaría) , también se asombraron del compañero Toledo, con la bici partida y el apaño que le hicimos , estuvimos un rato con ellos, es gente que gusta de hablar si la das conversación y nunca viene mal una parada para descansar ....
La bajada a Tudanca es impresionante, las magnificas vistas y el estado de su pista hacen y te permiten que puedas disfrutar de esa parte del mundo con todo lujo de detalles.
Recorres las primeras rampas de bajada alucinando en cada tramo, cada curva que pasas no es nada comparada con la siguiente, verdísimas brañas hacen la delicia de nuestros ojos y con sus pastos , la delicia del ganado que en ellas retoza, cada curva que se viene te va enseñando cosas nuevas.De repente, a la salida de una a la izda asomas a un balcón impresionante, es imposible no parar a contemplar aquello, estamos muy altos y desde allí contemplamos toda la bajada , Tudanca al fondo,Cabuérniga a nuestros pies, una impresionante pista de subida mas atrás, lo mejor de la mañana con diferencia, merece la pena romper y batirse las muelas solo por asistir a aquel balcón y lo que a la vista te ofrecía.
Toledo, lejos de acordarse de que llevaba el cuadro entablillado bajaba como un condenado, eran las ultimas galopadas con su querida NRS y todavía la quiso estrujar un poco más antes de los últimos estertores. La bajada tendrá unos 10 o 15 kms y es pura delicia, al final te deja en La Lastra creo que se llama, por sus callejas bajamos en busca de la general y con asombro de sus lugareños para poder salir hacia arriba.
El sol pegaba de lo lindo y aquello estaba verdaderamente bello , estábamos ya en Tudanca.
Alli nos esperaban Luis, Jose y Andrea, la hija de Luis que tuvo que venir desde Laredo , y fué en Tudanca en donde Sito, que tenia el culo absolutamente destrozado, abandonó la ruta y se bajó de la bici. Otro más habia caido ......
A Toledo le vino bien, metimos la moribunda NRS en la furgoneta de Luis y Sito le cedió su montura para acabar la ruta, allí, aprovechando el parón y el cambio de bicis convencimos a Luis de que no se fuera a Laredo y que tiraran por carretera (ya que los llevaba Andrea) hacia Potes, total, el fin de semana iba a recuperarse de su mal, las mujeres habían organizado venir a Potes el sábado etc, no era cuestión de chafar los planes a nadie y así lo hicieron, se fueron a esperarnos a Potes a nuestra llegada y prepararnos un poco la casa que teníamos alquilada para el fin de semana.
Se nos alegró la mañana, por fin, después de horas en las que el grupo no estaba junto, podíamos decir que esa tarde estaríamos en Potes todos para disfrutar un merecido descanso y echarnos unas risas, contando las anécdotas del camino.
Tras reponer fuerzas picando algo en el bar donde hicimos el intercambio de bicis y tomarnos unas cocacolas proseguimos camino hacia territorio purriego, de allí, parte la pista que te sube hacia Peña Sagra , hacia los pasos altos que te dejan caer ya en la Liébana, hacia la ermita de la Luz.
Abandonamos Tudanca, atrás queda su casona, morada del escritor Cossio y hoy museo.
Deciros que la preciosa Tudanca fué declarado Conjunto Histórico Nacional en 1983.
Es la localidad más interesante de este municipio. En primer lugar, es conocida por encontrarse allí la llamada Casona de Tudanca, morada del escritor don José María de Cossío, insigne erudito que formó una espléndida biblioteca. Tudanca es una magnífica vía de acceso para llegar a Polaciones y desde allí, a Liébana .Pasamos por la villa, perezosos ante lo que se nos avecinaba, pero dispuestos a comernos la última de lo que seria esta travesia. Por tiempo y ante la demora que llevábamos, decidimos afrontar la entrada hacia tierras purriegas via Piedras Luengas, subiendo la Coilla, serian las 13 hrs y el sol castigaba de justicia nuestros lomos y las partes mas expuestas (brazos y piernas) hervían.
No dejo de asombrarme en cada curva de ese puerto, para el que no lo conozca es su tajo quizás mas espectacular incluso que el bello desfiladero de la Hermida.
Cuelga la carretera entre farallones grises de piedra, reventados de vegetación, al fondo, encima, la sempiterna presa amenaza con volcar su contenido y barrernos del mapa.
Cada curva que avanzamos es a cual mas bonita, da la casualidad que el agua es abundante y eso nos salva porque vamos sufriendo a tope, los 5, el inclemente sol que nos va literalmente "mordiendo el cogote".
Abajo, el rio ruge estrepitoso entre las rocas, el rebosadero asemeja una autentica cascada, el paisaje es bello sin igual, lo que me da la excusa para hacer paradas y poder fotografiarlo a placer.
Subiendo, no puedo dejar de pensar en Tudanca y aquella tierra, en la novela "Peñas Arriba" sus lugares , situaciones y encuentros, somos un poco como los protagonistas de la obra, recorriendo los lugares comunes, llenándonos de los colores ,olores y sonidos como los tan bien descritos en esa obra maestra, intento recordar cada pasaje de la novela e intento retener con mi mirada lo que tan bien nos describió Pereda, atesorar de primera mano todas las sensaciones del dia.
Llegados arriba, fotos desde el mirador, mas impresionante aún si cabe, por fin sudando copiosamente, accedimos a territorio purriego, por fin conquistábamos Polaciones.
El paisaje arriba, una vez conseguido el ascenso, cambia ostensiblemente, lo que antes era agobiadoramente estrecho , ahora son grandes espacios verdes,
Una enorme masa azul de agua, reflejo del inmenso inmaculado azul del cielo, relaja nuestra vista y conforma el embalse que nos da entrada a Polaciones, en la lejana , al fondo , en la otra orilla, desconfiados, un par de venados abrevan y matan la sed, mas arriba el águila vuela en círculos intentando localizar alguna presa, en la orilla, en el frescor de la sombras, las libélulas sobrevuelan misteriosas las aguas.
Nosotros vamos pasando, felices, es una zona tranquila de ligeros toboganes, atrás hemos dejado los problemas de la mañana, roturas, abandonos, vamos totalmente como flotando dirección a Pejande, corazón purriego, intentaremos buscar un sitio para beber un refresco y comer unos bocadillos antes de afrontar la parte mas dura del dia, la subida a Peña Sagra por la Ruta de las Brañas Altas.
En el bar, sentaditos en la terraza, bebiéndonos los refrescos y esperando a que nos sirviesen los bocatas, decidimos que los ibamos a comer de subida, mas arriba de Pejande , pasando San Esteban, en los hayedos que bordean la pista, dá pereza marchar, pero nos ponemos a ello, serán las 3, algo más de la tarde, el sol es de justicia , yo decido no tostarme más y me pongo de manga larga ....
A estas alturas de la ruta, he de confesaros, queridos lectores que un servidor está bastante tocado, aguanto bien pero también es cierto que los demás van mejor que yo, sobre todo Jose , Toledo y Changel, Fonso con sus problemillas "de suelta" va un poco peor para lo que nos tiene acostumbrados y yo, mucho más atrás, también más distraído, intentando captarlo todo.
Hasta Pejande se lleva bien, hay carretera, incluso hasta San Esteban se lleva con chulería, el sol aprieta pero la promesa de los bocatas en terreno de bosque hace que no haya dolor.
Comimos los bocatas, hicimos acopios de fuerzas y decidimos tirar en aquel tostadero, no se pueden describir las sensaciones de aquella tarde, todo empieza entre frondas, hayedos extensos divididos por nuestra pista de subida, con buen firme se anda muy bien, intentan meter "candela" , pero ante mis protestas les hago bajar a 7-8Km/h ritmo que me es cómodo y puedo llevar sin agobiarme con los rampones que me van dando.
Aprovecho para echar fotos, el paisaje es impresionante, estamos en las inmediaciones de Peña Sagra intentando, para mi, esculpir mi pequeña hazaña, si todo sigue así, con tres o cuatro horas más de subida conquistaré la cima, de allí a la Luz me dicen que es todo bajada, pronto descubriré por mi mismo que no hay que fiarse de nadie y que la supuesta bajada es un chiste, que todavia queda muchísimo para la siguiente bajada.....
He visto cagar al diablo varias veces en mi vida, incluso en esta misma ruta, el primer día, me saludó en una dura rampa que ahora me parece de risa comparada con las que se me estaban viniendo encima.
La pista es larga como un dia sin pan, comparable a la del Moral en extensión no así en dureza, tiene profusión de rampas al 20% muchísimas y al 23+iva muchas mas, iban cayendo una tras otra como se podía. Yo, agobiado por la sed y hasta los mismísimos de dar pedales bajo el solano aquel de aquella tarde de un 20 de junio, iba buscando agua en cada esquina del camino, maldiciendo, iba subiendo lo que podía con todo metido, no quedaba ya nada para aliviar mis piernas y la maldita cala, esa cala que me iba mordiendo desde el primer día con la saña de un perro de presa no me daba tregua, cuando de pronto lo volví a ver.
Allí estaba, colorado como un cabracho, agachado encima de una piedra, con una sonrisa de macarra hp y me volvía a hacer señas, al principio pensé que lo estaba soñando, que era efecto del calor y un subidón de algo´provocado por el esfuerzo, dos curvas mas y allí estaba, hice como que no lo veía, intente ignorarlo, pasar de el .... no pudo ser, las carcajadas se oían desde Potes, allí mismo y como en un sueño, mejor dicho , pesadilla, volví a ver cagar al diablo.
Eche pie a tierra , subir el maldito rampón como pudiese a pie, arrastrando la bici y su carga, el muy cabrón, como un perrillo gracioso alborotaba a mi alrededor mofándose de mi, paso de él, pensaba yo, de repente , en la soledad de mi subida veo bajar una figura, allí y en ese instante se conjuraron mis temores, Jose vino al rescate y me dió los últimos ánimos para poder subir.
Con los "güebos" pelados por el calor y con mas orgullo de fuerzas, me subí a la bici y subí las últimas rampas , Jose me dió el empujón, mas que menos me fue subiendo, subiendo mas que llevando, las últimas rampas, a coronar Peña Sagra.
Nunca se me va a olvidar aquello, no porque sufriera, que sufrí, si no porque hay subidas que se te quedan grabadas a fuego por lo que sea, he hecho varias , Bistruey, Fuentes Carrionas, esta entrará de pleno derecho entre ellas.
Coronamos la cima, de allí a los escobares hay una suerte de trialeras que te dejan en una especie de circo, una inmensa braña donde pasta el ganado, al fondo el Cuernón , imponente, rodeado de niebla, lo que le confiere ese aire aún más místico si cabe, Peña Sagra, la peña sagrada de los antiguos estaba allí tendida a nuestros pies, al fondo, entre una luz especial, tamizada por la distancia, los picos, eternos, salvajes ..... tan , tan especiales siempre para mi ....
En la braña de Peña Sagra, casi como antiguos orantes hicimos el rito de las abluciones, al pie de un inmenso amontonamiento de piedras que le confería ese aire casi místico a aquel lugar, rodeados de reses, felices por haber coronado la cima, nos sentimos mas especiales que los demás, compartíamos nuestra comida y nuestro agua y nos sentimos, si me permitís decirlo, extraños dioses en aquel paisaje.
Continua la ruta, esta vez sigue subiendo, mas moderadamente, pero siempre hacia arriba, por una suerte de camino de herradura, mil veces pisado por los ganados y totalmente destrozado.
Solo Jimenez y quizás Toledo lo intentan montados, los pasos son peligrosos, yo ni me atrevo.
Fonso y yo vamos por detrás, intentamos seguir a los mas fuertes y hábiles pero es tarea dificil.
Tras un buen tramo así, en los que la visión de los primeros la íbamos perdiendo, pues los escobares tapaban nuestras cabezas, cuando por fin podemos continuar montados , después de un buen tramo de camino, por fin y sin avisar, ohh visión maravillosa, apareció el circo de piedras, el santo lugar donde se encuentra la Luz de Liebana.
El encuentro fué casi místico, muy personal, por fin habíamos llegado, íntimamente y para mi di las gracias por haberlo conseguido , en mi interior me enorgullecí de formar parte de aquello.
Hay cosas más ambiciosas, lo sé, viajes de ensueño , travesías de mas días, mas difíciles, lo que queráis, para mi aquello fue mi primer rubicón , sin quererlo estábamos allí sentados ,al pie de la Ermita de la Luz, sagrada Ermita de la Luz.
De allí hasta Ojedo, lugar de destino, todo bajada , 22, quizás más, kilómetros de auténtica sensación.
Es con diferencia, una de las bajadas mas cañeras y bonitas, creo que puedo decirlo.
Tiene de todo, inmensa pendiente y curvas imposibles que hacen que la disfrutes a tope y un paisaje espectacular.
Baja la pista entre castaños, robles, hayas, acebos, todos los verdes ocurren en ella, raices centenarias la cruzan en algun tramo, su tierra negra se tachona de musgos y líquenes, una inmensa alfombra de hojas tapiza su lado izquierdo en pendientes imposibles que te invitan a tirarte por alli.
Así vamos bajando, disfrutando cada instante tras el merecido esfuerzo, yo paro varias veces a echar fotos, mas abajo, inmensos castaños milenarios jalonan el sendero.
Paramos a ver uno impresionante, calculo que entre 15 hombres no abarcaremos su perímetro, es un ejemplar muy anciano, tendrá mas de mil años, posiblemente dos mil, que no habrá visto ese viejo árbol en su longeva existencia ....
La luz es especial, al principio, embriagados de adrenalina bajamos bastante fuerte, vamos disminuyendo la velocidad, intentamos atravesar la dorada luz del atardecer que nos rodea, asistimos extasiados a la magia de una tarde de sol en verano, yo me doy cuenta de lo especial y el porque de la Luz de Liebana, rememoré un articulito leido años atrás, "la luz de Turieno" en un libro que tomé prestado a mi hermano, en donde el protagonista seguro alababa la luz que desprende Liebana.
Yo ya había sentido esa luz antes, en excursiones antaño realizadas con Toñin, había visto atardeceres semejantes y amaneceres en los cuales la luz brota de entre los picos y va bajando, totalmente espesa, casi viva, ladera abajo, mas que luz, es un fluido dorado, aquella tarde la magia se volvió a repetir y yo por lo menos sentí lo mismo. Cuando llegamos abajo, tras 20 y tantos kilómetros de bajada Luis y Sito nos aguardaban, habíamos concluido la ruta como titanes, y , aunque ellos no pudieron acabarla con nosotros, la magia de Liebana tapó la herida.
Nos miramos, chocamos las palmas, apoyamos las bicis y entre risas y sudando , ansiosos de contar las últimas aventuras vividas.
Arriba la ducha nos estaba esperando, como siempre amigos .... lo mejor ......
Hasta Siempre, compañeros.
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