01 julio 2009

III Travesia Laredo-Potes, El regreso....1er dia Laredo-Selaya


Pocas peripecias, si comparamos con el año pasado nos han ocurrido en esta tercera edición de la travesía que acabamos de hacer, eso sí, vivencias personales, experiencias como grupo, enriquecedoras todas, ha habido muchas.
Tantas o mas que en la edición pasada.

Partimos en la mañana de San Juan, desde Colindres, 9 amigos, a una ruta que será siempre una de las travesías mas bonitas que se pueden realizar en nuestra tierra.


Habrá seguramente proyectos mas arriesgados y con bastante más cache que este, pero Laredo-Potes, por connotaciones, por trazado, y porque no decirlo, porque toca bastantes valles y comarcas de nuestra querida Cantabria, es uno de los preferidos del grupo.


Como bien os decía antes, partimos en la soleada mañana del miércoles, dirección a Selaya, eramos 9 los integrantes del grupo, Sito Calleju, Jose Presi, Toledo, Changel, Juanito, Cacharrero, Sito Atleta, Enrique y yo, un servidor, para poner rumbo direccion a Nates-Vidular y enfrentarnos a los senderos y pistas que nos conducirían dirección Selaya.
El Viernes, en la última etapa se incorporaria un décimo integrante (Fonso Vitoria), que nos acompañaría hasta atravesar la Luz de Liebana, en una dorada tarde de viernes.

La primera etapa, Laredo-Selaya, se
saldó sin complicaciones, dura etapa de entrada y con un trazado muy parecido al de la edición del 2008, fuimos siempre buscando las zonas mas off-road para irnos adentrando siempre en la Cantabria más profunda.
La subida a Vidular fué el test del balanceo, los que ya conocíamos el percal de años anteriores u otras rutas hechas, nada nuevo, salvo el acostumbrarse un poco a las alforjas, los que se estrenaban en el tema en esta edición pues un cúmulo de nuevas sensaciones, aunque enseguida se fueron acoplando a los nuevos pesos y a la manera de conducir la "burricleta".

Una vez llegados a Vidular, ya calientes en su subida, entonamos cánticos en fila de a uno, por el pinar dirección Campo la Cruz para iniciar, llegados a la Bola, un acercamiento hacia Fuente las Varas por la pista asfaltada.


La subida a Alisas resulto hasta corta, aunque hacía bastante calor, no llegaba el termómetro a las cotas del año pasado, en general en los tres dias que duró la travesía, aunque el sol fue el acompañante habitual de la ruta, h
ubo tramos que hizo hasta fresquito, mejor que mejor, porque soportar los calores del año pasado fue casi inhumano.

Subido Alisas por el tramo de carretera, bajamos un poco, justo a pillar la pista que te va subiendo hacia las cabeceras.
Atrás dejamos el tejo de alisas, no sin antes parar a echar unas fotos y ajustar alforjas.
Este año tuvimos bastante cuidado de no equivocarnos en ese tramo y pagarlo con un buen calentón como nos ocurrió el año pasado. Habiendo ya repetido la experiencia, esta vez fue todo muy rodado.

La bajada a Mirones, hacia donde nos encaminábamos a comer, de libro. Sienbdo esta bajada pronuncia
dísima, y mas con alforjas, la afrontamos tirando de freno cosa fina.
Bajábamos retorciendo manetas y calentando discos por las empinadas rampas, oliendo a ferodo que aba gusto, y dejando Sito el disco trasero de su flamante Rush recién estrenada, de un extraño color violeta, no sirvió para mas ......

Llegados a Mirones, con mas hambre que verguenza, sufrimos nuestro primer revés de intendencia, el bareto estaba cerrado y si queriamos comer teniamos dos opciones, comernos los muñones y de postre unas miseras barritas o tirar hacia San Roque de Riomiera y dar cuenta de un menú en alguno de los bares de la localidad.
Logicamente optamos por esto último, faltaria mas, así que tiramos hacia arriba, andando camino, dirección San Roque, camino que no tendriamos ya que recorrer a la tarde con la barriga llena, cosa que se agradece.

La llegada a San Roque costó lo suyo, habia hambre y se notaba, los espadas tiraban para arriba como posesos y casi no dio tiempo ni a echar unas fotos tal como hicimos el pasado año, al final, tanto descoque en la cabeza del grupo nos hizo pagar a los mas debiles el duro peaje de llegar fundidos a la comida, nada que no se pudiese solucionar con un buen plato de comida y bastante bebida.

De San Roque hacia Selaya nos tocó lo que se dice, en sobremesa, tal y como ocurrió el año pasado los rampones hacia el Alto Machurro ó hacia Cubia estiró muchisimo el pelotón.
Arriba, en la sierra, justo en el lugar en el que el año pasado decidimos bajar por el cortafuegos a Abionzo nos encontramos a un chico en quad, al cual le preguntamos por una alternativa que nos evitara, una vez bajados a Abionzo, los terribles rampones que nos separaban de Villacarriedo.
Habia alternativa cresteando un poco mas y bajando por una pista bastante reciente hecha hacia el pueblo de San Bartolomé, de allí hasta Selaya fué un paseo casi todo cuesta abajo.

Evitamos los duros rampones, es cierto, pero nos perdimos las explendidas vistas del Palacio de Soñanes, pena de fotos y visita, pero todo no se puede tener ....

En Selaya ducha de agua fria y cama de fakir para los que dormimos mal, aunque ya se sabe, siempre hay jabalís de Los Tojos que duermen donde haga falta, envidia que me dan, si señor, pero bueno, pudo ser bastante peor.

Había fiesta en Selaya, perdía España por dos a cero frente a la escuadra americana y mañana nos esperaba lo que seria una típica etapa de transición, o eso parecía, así que tocaba piltra ..... continuaré en próxima ocasión, estaros atentos ...

Un saludo a todos.



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